Gracias a mi hija, a mis desayunos con Marieta, alias la pirruchita acordándonos de la otra pirruchita y a los amaneceres con "Alguien" a mi lado. Que divertido es cerrar los ojos y soñar. Hay quien se dedica a diseñar estos gorros de animalitos que son lo más cercano a cuando éramos niños y nos disfrazábamos de princesas y piratas. Eso tiene que ser la MODA. Esa simple alegria de vivir tan infantil.